Obbbvio que no deberías haber comido esa cantidad de porquerías estos días. Pero entre las despedidas de fin de año, que copa de champagne por acá, que cerveza con las chicas por allá, y luego las cenas, te sentís para el horno de una panadería... Y ahora esta panza y esta cola y esta balanza ( si tan solo Moreno la interviniera también a ella y me tirara los números para abajo)...
Y la Eurofémina es un monumento, pero no siempre es de mármol y cuando le canta "falta envido" al espejo con un 4 de copas, medio que le pinta el bajón pre verano. Se mira, se juna, se estudia, se pregunta "si le está hablando a ella, porque no hay nadie más en la habitación, así que debe ser a ella", se hace morisquetas, se saca un barrito, saca más panza todavía, se estira la chicha. Llena los cachetes de aire y pone cara de lechona levantando la nariz. Se mira la cola, da vueltas y más vueltas y más vueltas y por ahí cae en la cuenta de que se ha empezado a parecer a su mascota cuando era cachorra. Se ríe y después se deprime; porque algo le dice que así, por más que finja ahogarse en cuanto carperío encuentre en toda la traza de la ruta 11, no va a haber bañero que le haga respiración boca a boca.
Las chicas argentinas viven condicionadas con su físico: lo vuelven un culto de doble filo que termina en disquisiciones del tipo: " porqué solo me quieren para ponerla". La que tiene porque tiene y lo esconde, la que no tiene porque no tiene y lo pasea. Eso sí, todo se critica. ( "Que es de gym , que paso cirujano, que no podes venirte así o hacete arponear primero") Y a veces las Euroféminas se bajan de la rama del serpentario desde donde se sacan chispas con las de la otra vereda, para darse tregua, pero por las dudas, meten el protector solar junto con el suero antiofídico en la cartera de playa.
El tema no es simple: No hay una sola descendiente de Eva que esté contenta con lo que Dios le mandó, así sea Araceli Gonzalez ( que sigue estando como un tren después de los 40) o la mina que vive al lado de tu casa. Todas tendrán de que quejarse. La cola muy parada- hay se reee nota que no es de ella- o muy caída, muchos pocitos o no los suficientes, busto de 85 o de 120. Lo importante es la actitud. La gordita ganadora gana siempre más que la flaquita histérica. La gordita con actitud, es la que viene y se planta con cara de " traben las puertas y anuden la tranquera, no se me va un solo hombre de esta pileta hasta que no les haga la revisación médica". Y se nota.
Las argentinas ( y peor aún las porteñas y conurbanenses cercanas) son muy acomplejadas de todo. Hasta de lo que puede pensar o decir un tipo cuando se le van al humo, haciendo eco de todos los traumas heredados de la mentalidad de la colonia ( donde ser vista como una trola en la Aldea de 1810 era jodido, porque habían 5000 personas en todo el pueblo y hasta las mazamorreras te gritaban golfa).
- La chica Eurofem está moralmente obligada a dar el ejemplo. Cuando todas las ortivas se claven el pareo, ella se lo sacará.
- Cuando todas se queden haciendo face en un parador de celular, ella irá a la mitad de un picadito y le clavará un patadón a la canilla al que tenga la pelota solo para llevárselo rengo a la sombra y curarlo a besos.
- Cuando todas estén con su juguito de Ibiscus y lima-estragón ella se buscará tres cervezas y se encarará a los pibes que más le gustan como si fuera una más.
Cuando sos como sos, las fotos de las colas del verano de Revista Gente, te sirven solo para secar el exceso de grasa en una docena de churros.
By Colton " Bay Watch" & "Barrenador" Vegas.