Una chica Eurofem sabe cómo cuidarse.
Sabe qué debe y que no debe hacer en la intimidad.
Sabe cuáles son los medios de prevención de todo tipo de enfermedades de contagio sexual y está convencida de que traerá al mundo a una criatura perfecta cuando SU reloj biológico de la hora exacta.
Sabe que los encuentros casuales con hombres de una noche para ella son, como decirlo... Como el chocolate de oferta. Hace mal, pero igual lo compra.
Y sabiendo todo esto, y habiendo leído manuales y tratados de contracepción en todas las revistas del corazón. Siendo una especialista en el tema ( maniática del " O te lo pones o no hay postre") se encuentra en medio de su peor pesadilla.
Son las 4.56 de la mañana de un domingo. Madrugada compleja para salir a comprar las pastillas del día después, luego de que el pobre muchacho confirmara con mirada de nene de 5 años que rompió un jarrón con la pelota, que se les rompió la protección.
La chica Eurofem automáticamente le ha arrebatado el condón de las manos, lo mira como quien cata una gema, casi que te da esa ojeada de experimentado mecánico que sabe que ha salido mal con el auto antes de que uno pueda decir " me zapatea en el arranque".
Confirma con gesto adusto y olvidando todas las dulzuras que hicieron que la mosca cayera en la miel, lo obliga a vestirse a empeyones para que la lleva a una farmacia de turno, a que la ciencia termine con lo que la naturaleza ha querido.
5.39 El muchacho va de acá para allá por toda la ciudad, haciendo chirrear cubiertas y exigiendo el motor como un testeador de la fórmula uno. Ella lo mira y ya se toca la panza pensando " si no baja la velocidad, puedo perder al bebé". Exterioriza el pensamiento en un semáforo y el silencio se adueña del habitáculo por diez minutos.
5.50 encuentran la Bendita Farmacia, donde la atienda una avejentada señora que bien podría ser su madre.
Y ella la mira, desesperada y tomándola por las solapas urgida le zamarrea al grito de " tuvimos un accidenteeee!!".
La de la farmacia mira a los costados esperando ver ambulancias, un herido al menos, un niño cortado o volando en fiebre. Nada, solo una loca y un tipo esperando en el auto con cara de que su equipo se fue al descenso.
-¡Deme la pastillaaa, la pastilllaaaa !!!!-ruge la demente.
La de la farmacia le hace ver que el 60 % de su stock consiste en pastillas ( es parte de ese aburrimiento que dejan entrever los que trabajan en horarios en donde el resto se divierte y les convida con un poco de su descontento).
-La del díaaaa despuéessss!!!- le aulla con un rugido que hace que hasta los semáforos se escondan.
El tipo del auto está haciendo un nudo con el cinturón de seguridad alrededor de su cuello y redactando una carta suicida en la cajita abierta de un ex-paquete de puchos.
La mujer la mira, sabiendo que juega con la desesperación ajena le pregunta " ¡Cuando pasó todo?".
-Recien!! Reciéeen !!!!- le contesta la otra al borde de las lágrimas.
-Ahh, pero entonces vení mañana así te doy la pastilla del día después- y le hace un guiño jocoso.
La chica Eurofem emite una risa nerviosa y espera revancha.
La mujer le acerca el fármaco redentor. Cobra y está a punto de retirase al interior cuando ve que la joven eurofémina la llama, con los ojos llorosos de alegría.
Se acerca a la reja que las separa con una enorme sonrisa y le pregunta si desea algo más.
Por respuesta recibe un cabezaso en la trompa.
No se jode con una Eurofémina en sus cabales, mucho menos con una presa del brote.
Esto no se queda acá.. continuará!!
By " ONE DAY AFTER " Colton & Vegas.
ajajajaj
ResponderEliminarmuy bien relatado, lo imaginé como una serie de tv
felicitaciones
:)